Emperador japonés Akihito podría dejar el trono en 2019
Akihito ha estado por casi tres décadas en el trono y su avanzada edad más los problemas de salud por los que fue tratado, como cáncer de próstata y una cirugía en el corazón, lo obligarían a cederlo
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El emperador japonés Akihito tiene previsto ceder el trono a su hijo y príncipe heredero Naruhito en marzo de 2019, adelantó hoy el diario nipón Asahi, después de que el Parlamento nipón aprobara el pasado junio la normativa que permitirá su abdicación.
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Japón aprueba ley que permitirá abdicar al emperador Akihito
La Cámara Alta del Parlamento japonés aprobó la propuesta legislativa que permitirá al emperador ceder el trono a su hijo, el príncipe heredero Naruhito, en la que será la primera abdicación en este país en 200 años. (09.06.2017)
Emperador de Japón reconoce su deseo de abdicar por motivos de salud
Japón: Abe disolverá el Parlamento y Japón irá a las urnas en octubre
El emperador y la Agencia de la Casa Imperial nipona ven esta fecha como la más propicia para la abdicación puesto que coincide con el comienzo del año fiscal y administrativo nipón, lo que facilitaría los procedimientos necesarios, según informó el periódico japonés.
Anteriormente se habían señalado como posibles fechas finales de 2018 o principios de 2019, pero estas coincidirían con las tradicionales celebraciones en las que participan esos días tanto la Familia Imperial nipona como muchos ciudadanos japoneses.
La abdicación de Akihito en marzo de 2019 permitiría que Naruhito asumiera el trono a comienzos de abril, y que la nueva era comenzara ese mismo mes, lo que supone un detalle importante para la organización del calendario nipón.
Cada cambio de monarca conlleva en Japón también un cambio de era. Éstas representan el reinado de un emperador: la actual, denominada "heisei" o paz, se inició el 8 de enero de 1989, el día después del fallecimiento de Hirohito, anterior emperador y padre de Akihito.
En un extraordinario mensaje televisado en agosto del año pasado, Akihito anunció su deseo de abdicar debido a su avanzada edad (83 años) y a su salud delicada, algo que, una vez se produzca, supondrá la primera sucesión en vida en el Trono de Crisantemo desde la renuncia del emperador Kokaku en 1817.
Además, el Parlamento japonés aprobó el pasado julio la normativa que permitirá la abdicación del emperador, un extremo que no estaba contemplado por la actual Constitución nipona.
Por su parte, la emperatriz nipona Michiko también se pronunció hoy sobre el deseo de abdicar de Akihito y se mostró "profundamente agradecida" por la aprobación de la citada normativa, en una declaración publicada por la Agencia de la Casa Imperial con motivo de su 83 cumpleaños.
"Esto significa que Su Majestad, tras dedicarse durante tantos años a cumplir su papel como emperador y símbolo del Estado, podrá disponer de algunos días de calma y descanso", dijo la emperatriz, quien añadió que la noticia le proporciona "una inmensa sensación de alivio".
RR (efe, afp).
Fecha 20.10.2017
Fuente
El Parlamento japonés abre el debate de la sucesión femenina al trono imperial
Akihito ha estado por casi tres décadas en el trono y su avanzada edad más los problemas de salud por los que fue tratado, como cáncer de próstata y una cirugía en el corazón, lo obligarían a cederlo
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El emperador y la Agencia de la Casa Imperial nipona ven esta fecha como la más propicia para la abdicación puesto que coincide con el comienzo del año fiscal y administrativo nipón, lo que facilitaría los procedimientos necesarios, según informó el periódico japonés.
Anteriormente se habían señalado como posibles fechas finales de 2018 o principios de 2019, pero estas coincidirían con las tradicionales celebraciones en las que participan esos días tanto la Familia Imperial nipona como muchos ciudadanos japoneses.
La abdicación de Akihito en marzo de 2019 permitiría que Naruhito asumiera el trono a comienzos de abril, y que la nueva era comenzara ese mismo mes, lo que supone un detalle importante para la organización del calendario nipón.
Cada cambio de monarca conlleva en Japón también un cambio de era. Éstas representan el reinado de un emperador: la actual, denominada "heisei" o paz, se inició el 8 de enero de 1989, el día después del fallecimiento de Hirohito, anterior emperador y padre de Akihito.
En un extraordinario mensaje televisado en agosto del año pasado, Akihito anunció su deseo de abdicar debido a su avanzada edad (83 años) y a su salud delicada, algo que, una vez se produzca, supondrá la primera sucesión en vida en el Trono de Crisantemo desde la renuncia del emperador Kokaku en 1817.
Además, el Parlamento japonés aprobó el pasado julio la normativa que permitirá la abdicación del emperador, un extremo que no estaba contemplado por la actual Constitución nipona.
Por su parte, la emperatriz nipona Michiko también se pronunció hoy sobre el deseo de abdicar de Akihito y se mostró "profundamente agradecida" por la aprobación de la citada normativa, en una declaración publicada por la Agencia de la Casa Imperial con motivo de su 83 cumpleaños.
"Esto significa que Su Majestad, tras dedicarse durante tantos años a cumplir su papel como emperador y símbolo del Estado, podrá disponer de algunos días de calma y descanso", dijo la emperatriz, quien añadió que la noticia le proporciona "una inmensa sensación de alivio".
RR (efe, afp).
Fecha 20.10.2017
Fuente
El Parlamento japonés abre el debate de la sucesión femenina al trono imperial
ISMAEL ARANA Hong Kong
9 JUN. 2017 13:22
Japón aprueba la ley que permitirá abdicar al emperador Akihito EFE
El emperador Akihito solicita que le releven del cargo en un gesto inédito
El Parlamento japonés abre el debate de la sucesión femenina al trono imperial
Casi 250 años después de que una mujer ostentara por última vez el título de emperatriz reinante de Japón, el Parlamento nipón abrió hoy las puertas a la modernización de la institución imperial. Para ello, aprobó por unanimidad la ley que permite la abdicación del actual emperador, Akihito, y propuso al Gobierno que considere la continuación de la línea sucesoria a través de las mujeres de la familia real. Bajo las rígidas leyes de sucesión actuales, el heredero debe ser un hombre cuyo padre pertenezca a la familia imperial. Por su parte, a las mujeres no les está permitido acceder al trono, y pierden su estatus real una vez se casan con un plebeyo. Esto ha provocado que, con el paso del tiempo, el tamaño del clan imperial se haya encogido y que ahora mismo haya escasez de sucesores varones, lo que hace peligrar el futuro del milenario Trono del Crisantemo.
Por eso, desde el momento en el que Akihito, de 83 años, anunció por televisión el verano pasado su deseo de abdicar debido a su avanzada edad y sus problemas de salud, el debate sobre el papel que deben jugar las mujeres en el futuro de la institución saltó a un primer plano, empujado por una opinión pública mayoritariamente a favor de que ellas tengan más peso y puedan reinar.La ley aprobada hoy fue redactada en exclusiva para el caso de Akihito, ya que las normas que rigen la Casa Imperial no recogen la posibilidad de que el emperador abdique y solo contemplan la sucesión tras su muerte. Tras el sí del Parlamento, el Ejecutivo tiene ahora tres años para fijar la fecha en la que Akihito cederá el trono a su hijo, el príncipe Naruhito, en la que será la primera abdicación en este país en los últimos 200 años. Pese a que no está confirmado de manera oficial, los medios locales aseguran que el traspaso tendrá lugar a finales de 2018 o principios de 2019, coincidiendo con el 85 cumpleaños del emperador y sus tres décadas al frente de la jefatura de Estado. Durante este tiempo, Akihito se ha hecho tremendamente popular al abandonar el estilo distante de su padre. Los japoneses aprecian su apoyo al pacifismo que consagró la Constitución redactada tras la II Guerra Mundial y sus apariciones tras los desastres naturales que han azotado al país durante estos años. Junto a su esposa, la emperatriz Michiko, ha viajado sin descanso tanto dentro como fuera de sus fronteras, tratando de reconciliar a su nación con los países vecinos que sufrieron la agresión nipona bajo el mandato de su progenitor, el emperador Hirohito.Su salida supondrá un punto de inflexión para una familia que en la actualidad solo cuenta con 19 miembros. Por la aplicación de la Ley Sálica, solo cuatro de ellos tienen derecho a heredar: el hermano de Akihito, Masahito, de 81 años; sus dos hijos, Naruhito y Fumihito (57 y 51 años, respectivamente); y el hijo pequeño de este último, Hisahito, de 10. El resto son mujeres, algunas niñas y otras solteras de entre 20 y 30 años de edad, como la princesa Mako (25 años), que el mes pasado anunció su boda en 2018 con un compañero de universidad, momento en el que dejará de pertenecer al clan imperial. Esta situación provocará que el pequeño Hisahito tenga que cargar con la responsabilidad de mantener la estirpe imperial, ya que, si no tiene un hijo varón, la dinastía podría romperse. "Teniendo en cuenta las edades de los miembros actuales de la familia imperial, (la sucesión) es un problema que no podemos dejar de lado", aseguró el miércoles el secretario del Gobierno nipón, Yoshihide Suga. Por ahora, los parlamentarios de la oposición y la mayoría de la sociedad -un 70% según la última encuesta- apoyan una revisión sustancial de la ley que permita a los futuros emperadores abdicar y que las mujeres puedan reinar. Sin embargo, esta postura no es compartida por el conservador partido gobernante de Abe, que solo considera la opción de la abdicación para el caso concreto de Akihito y que defienden que el trono solo puede ser ocupado por un varón. "El Ejecutivo de Abe mantendrá firmemente el sistema de sucesión basado en la línea paterna directa y únicamente masculina", avanzó Suga. Pero dados los problemas sucesorios que se avecinan, incluso los sectores más recalcitrantes se van a ver obligados a considerar más de una opción. "Es obvio que no hay suficientes miembros en la familia imperial. Debemos aceptar la realidad. Es una cuestión ineludible que debe ser discutida", aseguró Keiko Hongo, profesora de historia medieval de la Universidad de Tokio, al diario The New York Times.
Ante este problema, el Parlamento japonés aprobó hoy también una resolución que insta al Gobierno a abrir el debate sobre posibles reformas que permitan a las mujeres de la familia imperial mantener su estatus aunque se casen con un plebeyo y encabezar líneas legítimas de sucesión, aunque sin establecer fechas. Como señaló Yuji Otabe, de la Universidad Shizouka, esta inclusión supone "un paso adelante" para reformar el sistema y adaptarse a la realidad.
La renuncia por amor de la princesa Mako de Japón
La nieta mayor del Emperador Akihito dejará la Familia Real para casarse con un plebeyo
Mako de Japón - ABC
PABLO M. DÍEZ - PabloDiez_ABC Corresponsal En Asia
20/05/2017 01:36h - Actualizado: 20/05/2017 18:01h.
Guardado en: Gente&Estilo Gente
Por amor. Esa es la poderosa razón que llevará a la princesa Mako de Japón a renunciar a sus privilegios reales para casarse con un plebeyo. A sus 25 años, la nieta mayor del Emperador Akihito se ha comprometido con Kei Komuro, quien tiene su misma edad y fue su compañero en la Universidad Cristiana de Tokio, según anunció el martes la televisión pública NHK.
Hija del príncipe Akishino, segundo vástago del Emperador y hermano del Príncipe Heredero Naruhito, Mako perderá su estatus real al contraer matrimonio. Tal y como establece la Ley de la Casa Imperial, tendrá que abandonar la Familia Real, reduciendo aún más sus ya escasos miembros.
La dinastía monárquica nipona, que lleva a gala ser la más antigua del mundo, está formada en la actualidad por 19 miembros, de los que solo cuatro son varones: el Emperador Akihito, de 83 años; el Príncipe Heredero Naruhito, de 57; su hermano el príncipe Akishino, de 51; y el príncipe Hisahito, de 10, hijo de este último y hermano de la princesa Mako. Debido a la ley sálica que rige en Japón, solo los hombres pueden ocupar el Trono del Crisantemo, lo que ha desplazado a las mujeres de la Familia Real y reduce las posibilidades para la sucesión.
Como ejemplo sintomático de la menguante y avejentada sociedad nipona, su Familia Imperial sigue perdiendo miembros mientras el actual soberano, Akihito, prepara su abdicación por motivos de salud. Anunciada el pasado verano, su renuncia será la primera en dos siglos en el imperio del Sol Naciente y empezará a tramitarse tras ser aprobada ayer por el Gobierno.
Ley sálica
Al debate social abierto por su abdicación se suma ahora la marcha de la princesa Mako, que vuelve a poner de manifiesto el tradicionalismo de la monarquía nipona por impedir que las mujeres accedan al trono. A pesar de las voces que exigen su modernización y la abolición de la ley sálica, el secretario jefe del Gabinete, Yoshihide Suga, aseguró esta semana que «no hay ningún cambio en nuestra visión para considerar nuevos pasos que aseguren una estable sucesión imperial», informa la agencia Reuters. Pero otros expertos citados por los medios japoneses, como Hidehiko Kasahara, profesor de la Universidad de Keio, temen que «bajo el actual sistema, se corre el riesgo de que Hisahito (nieto menor del Emperador) sea el único que quede en la Familia Imperial».
Mientras tanto, su hermana mayor, Mako, se dispone a empezar a una nueva vida con su particular y muy plebeyo «príncipe azul», el abogado Kei Komuro. Compensando en parte la pérdida de su estatus real, Mako podrá al menos conformarse sabiendo que su prometido es el «Príncipe del Mar». Así lo apodaron en el pasado los medios cuando promocionó el turismo en las playas de Shonan, en la prefectura de Kanagawa. Empleado en un bufete de Tokio, a cuyas puertas es asaltado estos días por los periodistas, Komuro prefiere no hacer ninguna declaración hasta «el momento oportuno», se excusa entre reverencias. Gran aficionado al mar, el esquí, el violín y la cocina, el joven conoció a la princesa Mako hace cinco años. Una vez presentado a sus padres, en los próximos meses se anunciará oficialmente el compromiso y el enlace podría celebrarse el año que viene.
Licenciada por la Universidad Internacional Cristiana, la joven princesa tiene un Máster en Arte por la Universidad de Leicester y trabaja en un museo de Tokio algunos días, cuando se lo permiten sus obligaciones reales. Representando a la Familia Imperial, Mako ha viajado durante los últimos meses a Latinoamérica para participar en actos protocolarios.
Pero esa vida se acabará cuando se case con Kei Komuro. Igual que le ocurrió a su tía Sayako, hija de los emperadores, tras contraer matrimonio con el plebeyo Yoshiki Kuroda, funcionario del Departamento de Urbanismo en Tokio. Incluso en un país tan formalista como Japón, el corazón siempre supera a la razón.
Japón aprueba el proyecto de ley que permitirá la abdicación del emperador Akihito
ISMAEL ARANA Hong Kong
19 MAY. 2017 09:03
El emperador japonés Akihito sonríe desde un balcón en el Palacio Imperial, en Tokio, en 2015. EFE
La ley imperial no contemplaba tal posibilidad, por lo que el Ejecutivo ha tenido que redactar una legislación especial. La mayoría de la población aprueba la abdicación.
La princesa Mako de Japón 'peligra' en la corte por su boda con un plebeyo
El Gobierno japonés aprobó este viernes el proyecto de ley que permitirá al emperador Akihito ceder el trono a su hijo, el príncipe Naruhito, en la que será la primera abdicación de un ocupante del Trono del Crisantemo en sus últimos 200 años de historia. El borrador del texto será enviado este viernes al Parlamento, donde se espera que los legisladores lo aprueben sin mayores trabas a mediados de junio.El pasado verano, el actual monarca, de 83 años, sorprendió al país al declarar públicamente su deseo de retirarse debido a su avanzada edad y los numerosos problemas de salud que arrastra, lo que le dificulta cumplir con la agenda a la que le obliga su cargo. Sin embargo, la ley imperial no contempla la posibilidad de una abdicación, por lo que el Ejecutivo ha tenido que redactar esta legislación especial aplicable tan solo al caso de Akihito, que cuenta con el apoyo mayoritario de la población para dejar el cargo.
La figura y el estatus del emperador es un tema muy sensible en Japón, que en el siglo XX derramó la sangre de decenas de miles de ciudadanos de los países vecinos al batallar en nombre del entonces líder Hirohito, padre del actual monarca, que murió en 1989. Durante su mandato, Akihito ha dedicado gran parte de sus esfuerzos en tratar de sanar las heridas que dejó aquel conflicto, cuyas consecuencias todavía afectan profundamente a las relaciones de Japón con países como Corea del Sur o China. La abdicación tendrá lugar en 2018 Según los medios locales, el Ejecutivo nipón considera que el momento más adecuado para la abdicación será en diciembre de 2018, cuando el mandatario cumpla los 85 años y complete tres décadas como jefe de Estado. Acto seguido, será el príncipe heredero Naruhito, de 57 años, quien ascenderá al trono y dará inicio a una nueva era.El borrador aprobado este viernes por el gabinete del primer ministro Shinzo Abe subraya la "simpatía" y "comprensión" de la población sobre la "profunda preocupación" del emperador por no poder cumplir con sus tareas, y ha sido redactada pensando exclusivamente en el caso de Akihito, ya que el Gobierno no quiere sentar un precedente para futuras renuncias al trono.Desde que Akihito hizo públicos sus deseos el año pasado, han surgido voces como las del Partido Demócrata que abogaban por cambiar la ley con carácter permanente -aunque más tarde accedieron a votar a favor del proyecto-, mientras que otros argumentan que cambiar la legislación para permitir que cualquier emperador abdique podría poner en riesgo la institución.Crisis de sucesión en una de las monarquías más antiguas Además, este caso también ha puesto de manifiesto las preocupaciones que existen sobre una posible crisis de la sucesión en una de las monarquías más antiguas del mundo, algo que está de nuevo de actualidad tras el anuncio de esta semana de que la princesa Mako, de 25 años y nieta mayor de Akihito, se va a casar con un compañero de la universidad,lo que le hará perder su estatus real. Además de no permitir la abdicación y de prohibir el acceso de una mujer al trono, la ley de 1947, que rige el funcionamiento de la Casa Imperial, eliminó las llamadas ramas colaterales, de manera que todas las mujeres que nacen en su seno pierden su estatus real al contraer matrimonio con un plebeyo, lo que ha reducido sustancialmente el número de sus integrantes. Con el matrimonio de Mako, la familia imperial contará con tan solo 18 miembros. De entre ellos, solo tres, además de Akihito, son varones con acceso al trono: el príncipe heredero Naruhito -que solo tiene una hija, la princesa Aiko-, su hermano Akishino (51 años) y el hijo de este, Hisahito, que con sus 10 años está llamado a soportar todo el peso de la dinastía sobre sus espaldas. Dado que no hay más hombre elegibles y que la sucesión se rompería si Hisahito no tiene un hijo varón en el futuro, muchos japoneses creen que la sostenibilidad de la institucion se podría resolver permitiendo la sucesión femenina, algo algo a lo que los más tradicionalistas se niegan con vehemencia."Si piensas sobre ello, existe la posibilidad de que todos excepto el príncipe Hisahito salgan de la Casa Real en 10 o 15 años", declaró Isao Tokoro, profesor de la Universidad de Kyoto Sangyo, a la BBC. "Creo que el compromiso (de Mako) nos da la oportunidad de pensar en el problema, el sistema debe ser reformado con urgencia para que no perdamos más miembros de la familia imperial", aseguró.
Japón sí que ha llegado a tener mujeres al frente del trono en el pasado, aunque no durante los últimos 250 años. La mayoría de ellas fueron vistas como figuras de paso a la espera de que un nuevo miembro masculino de la familia ocupara el cargo. En la historia moderna, el debate sobre si permitir a una mujer acceder o no al trono alcanzó su momento más álgido a principios de este siglo, antes de que naciera el príncipe Hisahito. Con su llegada al mundo en 2006, la disputa quedó prácticamente enterrada hasta ahora. Hoy en día, encuestas como la presentada por Kyodo hace dos semanas aseguran que hasta un 89% de la población apoyaría la entronización de una mujer.
Akihito, el emperador que no quiso imitar a su padre, Hirohito
Akihito (izda) y su padre Hiroito. CORDON
Su petición para 'jubilarse' recupera la polémica que envolvió a su progenitor, Hirohito, al finalizar la Segunda Guerra Mundial Adiós a Michiko, la emperatriz plebeya y católica de los japoneses
JAVIER ESPINOSACorresponsal en Asia
14/08/2016 02:11
El diario japonés se permitió utilizar su editorial de aquella jornada para exigir la abdicación del emperador. "Su Majestad no puede evadir la responsabilidad que tiene por la situación en la que se encuentra actualmente Japón", escribió Minpo. La opinión del matutino nipón provocó una auténtica sensación en el país asiático, aunque similar a la que generaría al año siguiente el propio primo del monarca, el príncipe y primer ministro Naruhiko Hagashikuni, al reconocer en una entrevista con la agencia Kyodo que había ofrecido hasta tres fechas posibles al soberano para que cediera su puesto a un regente, que hubiera podido ser su hermano, Nobushito Takamatsu, que ocuparía ese cargo hasta que Akihito alcanzara la mayoría de edad.
El emperador Akihito antes de cumplir la mayoría de edad. CORDON
Era la misma idea que sostuvieron personajes como Kido Koichi, el asesor más cercano del titular del trono, otro de los hermanos del jefe de Estado, el príncipe Mikasa o el príncipe Konoe, uno de los políticos más influyentes de esos años.Japón puede que no haya asistido a la abdicación de un monarca desde hace casi 200 años pero los más viejos sí recuerdan el debate que rodeó (como ahora) a la hipótesis de que el emperador Hirohito dejara su puesto al concluir la Segunda Guerra Mundial, un legado que ha adquirido un nuevo significado ante el reciente mensaje de Akihito, solicitando tácitamente la renuncia al cargo.Pese a que Hirohito admitió en 1946 que era "humano" y no un "dios viviente" como le consideraba la constitución vigente desde 1889, el emperador nunca asumió su última responsabilidad en los terribles crímenes cometidos por el ejército imperial, gracias en gran parte al general Douglas MacArthur, jefe militar norteamericano que tutelaba el país durante la ocupación, que se empeñó en "limpiar" su imagen y utilizar su figura para convertir a Japón en un aliado de EEUU contra los comunistas.Un proyecto que como escribió el premio Pulitzer Herbert P. Bix "falsificó la historia" y -en palabras del citado Kido Koichi- pudo "dejar una cicatriz eterna" en la historia de la Casa Imperial japonesa.
A la izquierda, el emperador Akihito y su mujer Michiko. A la derecha, el heredero Naruhito y su esposa, la princesa Masako. CORDON
La controversia en torno a las responsabilidades de Hirohito en la guerra y su hipotética abdicación fue un asunto recurrente de todo el proceso de transición post bélico.Los juicios de Tokio de 1948, en los que se juzgó y condenó a muchos de los líderes japoneses, promovieron la discusión pública del posible abandono del Emperador hasta el punto de que MacArthur se vio obligado a intervenir una vez más para desaconsejar tal decisión.
Un alto cargo de la Casa Imperial, Tajima Minchiji, reconoció en sus diarios que el general norteamericano se lo había hecho saber al primer ministro Yoshida Shigeru y que el militar exigió una misiva real en la que se comprometiera a permanecer en el cargo."Estoy ahora decidido, más que nunca, a hacer lo mejor que pueda junto al pueblo japonés para superar las dificultades y acelerar la reconstrucción del país", le respondió Hirohito.Profundo conocedor de la historia de su país, la petición de Akihito confirma la significativa revisión que ha realizado del desempeño del papel real, vinculado ahora la defensa del pacifismo que adoptó Japón tras la contienda bélica. "El primer y principal deber del Emperador es rezar por la paz", señaló en su discurso de poco más de 10 minutos.
El emperador Akihito durante la lectura de su discurso. CORDON
Akihito, según la agencia Kyodo, comenzó a elucubrar sobre su retiro hace 5 ó 6 años, cuando su salud comenzó a deteriorarse -sufrió un cáncer en 2003 y una intervención cardiaca en 2012- y ya quiso pronunciarse en ese sentido en diciembre pasado, con motivo de su 82 cumpleaños.Basándose también su sus experiencias pasadas, Akihito aclaró que quiere ser relevado de sus atributos para impedir, por ejemplo, que se reproduzca la parálisis que sufrió el país en los meses que antecedieron a la muerte de Hirohito en enero de 1989."Cuando el emperador está gravemente enfermo, me preocupa que como hemos visto en el pasado, la sociedad se quede bloqueada en un punto muerto y la vida de las personas se vea afectada de diversas maneras", dijo.
LA CAJA DE
Yohei Mori, un experto en la familia real de la Universidad de Seijo en Tokio, el debate sobre la abdicación abriría "una caja de Pandora" por las múltiples ramificaciones que tiene: desde la posibilidad de discutir la abolición de la citada ley Sálica que impide que las mujeres ocupen el trono a la posición legal de un ex monarca.En realidad, las palabras de Akihito resucitan la interminable crisis que sufre la familia real desde hace años a causa de la misma normativa por la que se rige, anclada en la tradición, y que provocaría hechos tan singulares como que el título de "príncipe heredero" se quedara vacante ya que se exige que ese cargo se atribuya a un hijo del soberano y Naruhito sólo tiene una hija.
Si el hermano más joven de Naruhito, Akishino, asumiera las funciones (que no el puesto) de heredero, descolocaría a su vez todo el entramado de la Casa Imperial, que entre sus 20 miembros sólo cuenta con 5 varones.La exclusión femenina anticipa una mengua acelerada de los integrantes de la Casa Imperial, ya que las mujeres pierden su condición real si se casan con un plebeyo, algo que no ocurre a la inversa."Habría que reducir el alcance de los deberes oficiales que lleva a cabo la familia real", admitió Akira Momochi, un profesor de ley constitucional.
Los actuales emperadores, Akihito y Michiko. CORDON
Los círculos conservadores que apoyan al primer ministro Shinzo Abe se oponen a cualquier modificación de este supuesto y por el contrario abogan por revisar una vez más la historia y rehabilitar a algunas de las 11 ramas de la antigua Casa Imperial excluidas de la misma por los ocupantes norteamericanos en medio del plan que diseñó MacArthur para exonerar a Hirohito de cualquier culpa en la guerra mundial.Toda esta controversia alcanzó su clímax en 2005, cuando el primer ministro Koizumi Junichiro, intentó cambiar la Ley de la Casa Imperial para recuperar los derechos de las mujeres (en su historia Japón ha tenido más de media docena de emperatrices), pero su esfuerzo se disipó precisamente ante el nacimiento del primer varón de Akishino.El anuncio del emperador ha colocado también en una compleja situación a Shinzo Abe, con quien ha protagonizado numerosos desencuentros dialécticos ante las veleidades revisionistas del político."Es interesante que si en el pasado un emperador era el núcleo central del sistema militarista, ahora el emperador se distancia de las fuerzas derechista en términos de actitud hacia la historia", manifestó a la radio de su país, Yang Bojiang, director de estudios japoneses en la Academia China de Ciencias Sociales.
Toda la familia real japonesa. CORDON
Abe pretende reformar la constitución de 1947 -la misma que fija las bases legal del trono- para desembarazarse de las constricciones pacifistas que fijaron los norteamericanos al finalizar la contienda bélica, pero sólo tiene como plazo hasta finales de 2018, cuando concluye su mandato al frente del partido gobernante.Como escribía el matutino Mainichi, la discusión en torno al futuro del emperador puede arrinconar las prioridades del primer ministro y "encadenar a la administración"."Ocurra lo que ocurra, se convertirá en un asunto constitucional", reconoció una fuente gubernamental al diario Asahi Shimbun. "Si tomamos en serio las ideas del Emperador, la reforma constitucional también debería ser una opción muy seria", le secundó el periódico derechista Sankei Shimbun.Pero la reacción del público japonés a las palabras del soberano fue concluyente. Una encuesta de Kyodo registró un 86,6 por ciento a favor no sólo de que se le permita jubilarse sino que se legalice esa opción modificando la Ley de la Casa Imperial.
Adiós a Michiko, la emperatriz plebeya y católica de los japoneses
El emperador de Japón, Akihito, y su mujer, la emperatriz Michiko, en el palacio imperial de Tokio, en una imagen de 2014 KIMIMASA MAYAMA / POOLEFE
Con la futura "abdicación" de Akihito, anunciada este lunes, desaparece también de la palestra una bella y controvertida mujer, MichikoEl 'principito' Hisahito, futuro emperador gracias a la ley sálica
CONSUELO FONT
10/08/2016 04:43
Con la futura "abdicación" de Akihito, de 82 años, como emperador de Japón, anunciada este lunes en un mensaje televisivo, desaparece también de la palestra una bella y controvertida mujer, Michiko, un año menor, la emperatriz consorte, que ha pasado a la posteridad como emblema del Japón moderno. No en vano, esta controvertida dama, icono del glamour oriental, presentaba características inéditas para la ferozmente tradicional corte del crisantemo, como su origen plebeyo, su formación católica que chocaba con el sintoísmo imperante, o su barniz cosmopolita adquirido en universidades extranjeras como Oxford o Harvard.Hija de Hidesaburo Shoda, un rico industrial católico de Tokio, tuvo una educación exquisita mezcla de tradición y modernidad: aprendió ingles, cocina y piano, pero a la vez, en 1957, con 23 años, se licenció cum laude en literatura inglesa, ampliando estudios en Oxford y Harvard, lo que le llevó incluso en su madurez a publicar un libro de poemas. Algo muy poco habitual en aquellos años para una fémina, lo cual unido a su belleza y elegancia, provocó que su primer encuentro en agosto de ese 1957 con el heredero al trono japonés en una pista de tenis de Karuizawa hiciera florecer en Akihito el amor de inmediato. El compromiso, que se anunció el 14 de enero de 1959, no estuvo exento de escollos, ya que los más tradicionalistas abominaban de que se hubiera educado en el catolicismo, pese a que nunca fue bautizada, y cuestionaban su origen plebeyo. Curiosamente, su más encarnizada oponente fue su propia suegra, la emperatriz Kojum, madre de Akihito, algo que empujó incluso a Michiko a una depresión.
La pareja imperial, el día de su boda, el 14 de abril de 1959. CORDON
En Japón "Mitchi" (así la apodaban) se convirtió pronto en un ídolo de masas, pues sus súbditos, sobre todo del sexo femenino, la consideraban un símbolo de la apertura y la democratización del imperio. Por este motivo, la ceremonia de su boda, el 10 de abril de 1959, con Akihito, fue seguida por una multitud de medio millón de personas por las calles de Tokio, sin contar los que la vieron por televisión, pues fue la primera boda imperial retransmitida en directo.Tras su matrimonio, la pareja se instaló en el palacio Togu, residencia de los príncipes herederos, donde vinieron al mundo sus tres hijos: Naruhito, el heredero, en 1960, Fumihito, en 1965 y Sayako, en 1969, la única chica, que en 2005 se autoeliminó de la familia imperial para casarse con un urbanista, Yosiki Kuroda, funcionario del Ayuntamiento de Tokio, y vivir como una plebeya. Con sus tres vástagos, Michiko también rompió moldes, ya que acabó de un plumazo con la tradición de que los hijos de la familia imperial fueran educados lejos de sus padres por institutrices y tutores, e incluso, para mayor escándalo, decidió incluso amamantarlos.Pese a que ya era muy popular entre los japoneses, el gran esplendor de Michiko se produjo cuando su esposo Akihito subió al trono a raíz de la muerte de su padre, el emperador Showa (Hirohito), en enero de 1989. La nueva emperatriz consorte se convirtió en espejo del Japón moderno por el mundo, ya que además de protagonizar una agenda institucional muy activa en Japón, acompañó a su esposo en más de 40 viajes oficiales entre 1959 y 1989, fotografiándose con algunas míticas damas como la reina Juliana de Holanda o la first lady estadounidense Nancy Reagan.
Akihito y Michiko, con su primer hijo, Naruhito, heredero al trono. CORDON
Sin embargo, no era oro todo lo que relucía, porque de puertas para adentro Michiko tenía que lidiar cotidianamente con una rígida corte de funcionarios palaciegos con usos cercanos al medievo. La vendetta de este "núcleo duro" era propagar maledicencias como que la emperatriz era una mujer caprichosa, con genio endemoniado y que ejercía excesiva influencia sobre su marido. Algo que incluso hizo mella en su salud, pues perdió la voz por estrés en dos ocasiones, la última en 1993, donde tras un desmayo quedó muda y tardó meses en recuperar el habla, algo que los médicos atribuyeron tanto a la presión de la corte como a sentirse foco permanente de atención pública. En 2008 sufrió también un problema de estómago, consecuencia de llevar excesivamente ceñida la faja de su kimono, como manda el protocolo imperial.
A la derecha, los actuales emperadores, Akihito y Michiko. A la izquierda, el heredero y su esposa, Naruhito y la princesa Masako. CORDON
En agosto de 2015, cumplidos los 80, padeció un grave crisis cardiaca, al obstruírsele la arteria coronaria. Algo que llevó a los médicos a prescribirle una vida más sosegada, que supuso su "jubilación" en la práctica de la vida oficial. A esto se une que su esposo, el emperador Akihito, ha sufrido una cadena de dolencias mucho más graves que Michiko en los últimos años, desde cáncer de próstata, a hemorragia estomacal y osteoporosis, pasando también por una intervención de corazón para implantarle un bypass en el año 2012. Algo que hace comprensible que la pareja imperial haya decidido ceder el trono a sus herederos, Naruhito y Masako, dando lugar a la primera abdicación en la historia de un emperador en Japón. Lo que no parece vaya a "destronar" a Michiko de su condición de mito entre los japoneses, ya que la princesa Masako, su sucesora, padece una fuerte depresión desde hace más de una década que le impide llevar a cabo actos institucionales como consorte.
Fuente
Por qué el emperador de Japón no puede abdicar como cualquier otro monarca?
Redacción
BBC Mundo
8 agosto 2016
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El emperador Akihito da un discurso durante la apertura de la legislatura en Tokio, 4 de enero de 2016Derechos de autor de la imagenAFP
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Si el emperador expresa públicamente su deseo de abdicar se podría interpretar como interferencia política.
El emperador de Japón, Akihito, declaró temer que su deteriorado estado de salud y su edad presentan dificultades para continuar con sus funciones.
Los comentarios del emperador, que tiene 82 años, fueron hechos en una trasmisión de televisión extraordinaria. Es únicamente la segunda vez que sus palabras han sido televisadas al público.
Sin embargo, Akihito no manifestó públicamente su deseo de abdicar. Según la Constitución japonesa, al emperador no le está permitido hacer declaraciones políticas y una expresión directa de abdicación se interpretaría como tal.
Emperador moderno
Históricamente, el emperador era visto como un semidiós pero su rol fue redefinido a "símbolo de la nación" después de que la Constitución la reescribieran las fuerzas aliadas tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial.
El emperador Akihito y la emperatriz Michiko saludan al público durante una caminata en Hayama, cerca de TokioDerechos de autor de la imagenAP
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El emperador y la emperatriz han presidido sobre un período de rápidos cambios en Japón, marcado por un mayor acercamiento al público.
No tiene poder político pero, como dijo Akihito en su discurso, ha heredado una larga tradición.
Tiene varios deberes oficiales en representación de la nación, como recibir a dignatarios extranjeros, organizar recepciones y entregar honores.
La monarquía japonesa está entrelazada con el sintoísmo, y el emperador todavía encabeza varios ritos y ceremonias religiosas.
Pero desde que asumió el Trono de Crisantemo en 1989, Akihito adoptó un estilo más moderno, esforzándose a acercar más la familia imperial al pueblo.
Emperador de Japón cumple 79 años recordando a víctimas de terremoto y tsunami
En 2011, él y su esposa, la emperatriz Michiko, fueron ampliamente admirados por visitar las zonas de Japón afectadas por el devastador tsunami. Fue entonces que Akihito hizo su primera alocución pública en video.
Akihito (centro) y la emperatriz Michiko (a su derecha) visitan los lugares devastados por el tsunami de 2011Derechos de autor de la imagenREUTERS
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En 2011, el emperador Akihito y la emperatriz Michiko fueron ampliamente admirados por visitar las zonas de Japón afectadas por el devastador tsunami
Repetidamente expresó remordimiento por las acciones de Japón durante la Segunda Guerra Mundial, una postura sobre un tema muy sensible que desafinó con un número creciente de políticos revisionistas.
Los japoneses que niegan los crímenes sexuales de la Segunda Guerra Mundial
Sin embargo, goza de un gran apoyo popular y miles de japoneses se congregan frente a la residencia real para manifestar sus mejores deseos a la pareja imperial.
Árbol genealógico
Akihito ha sufrido varios quebrantos de salud y tuvo que ser intervenido de un cáncer de próstata en 2003 y someterse a un bypass coronario en 2012.
Emperador japonés abandona el hospital tras operación cardíaca
Aunque en su alocución aseguró estar recuperado de sus cirugías y que está en buena salud, reconoció que su nivel de estado físico necesariamente está declinando con la edad y "me preocupa que podría volverse difícil para mí realizar mis deberes".
Cambios constitucionales
Desde mediados de julio se rumoraba del deseo de Akihito de buscar cómo abdicar, lo que causó considerable sorpresa pública.
Reacción al discurso del emperador AkihitoDerechos de autor de la imagenREUTERS
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A pesar de que había rumores sobre la opinión del emperador, el público reaccionó con sorpresa frente a las pantallas de televisión en las calles de Tokio.
La medida no tiene precedente en la historia moderna de Japón, pues no existe una provisión legal para la abdicación, según la ley japonesa.
Se necesitaría un cambio en la Constitución para que un emperador renuncie a su cargo.
Varios cambios constitucionales que afectarían la familia imperial han sido discutidos en el pasado.
Japoneses en la calle observan el mensaje del emperador en una pantalla giganteDerechos de autor de la imagenREUTERS
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En únicamente la segunda vez que las palabras del emperador han sido televisadas en público.
En 2006 se abrió un debate sobre si una mujer podía ascender al trono y, en 2011, el príncipe Akishino, hermano menor de Akihito, pidió que se discutiera imponer una edad de jubilación para el emperador. Ninguna de las iniciativas resultó en cambio.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, respondió minutos después de la transmisión del mensaje pregrabado de Akihito.
Manifestó que el gobierno estaría tomando en consideración la edad y condición física del emperador, abordando el tema "con seriedad".
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8 agosto 2016
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El emperador Akihito da un discurso durante la apertura de la legislatura en Tokio, 4 de enero de 2016Derechos de autor de la imagenAFP
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Si el emperador expresa públicamente su deseo de abdicar se podría interpretar como interferencia política.
El emperador de Japón, Akihito, declaró temer que su deteriorado estado de salud y su edad presentan dificultades para continuar con sus funciones.
Los comentarios del emperador, que tiene 82 años, fueron hechos en una trasmisión de televisión extraordinaria. Es únicamente la segunda vez que sus palabras han sido televisadas al público.
Sin embargo, Akihito no manifestó públicamente su deseo de abdicar. Según la Constitución japonesa, al emperador no le está permitido hacer declaraciones políticas y una expresión directa de abdicación se interpretaría como tal.
Emperador moderno
Históricamente, el emperador era visto como un semidiós pero su rol fue redefinido a "símbolo de la nación" después de que la Constitución la reescribieran las fuerzas aliadas tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial.
El emperador Akihito y la emperatriz Michiko saludan al público durante una caminata en Hayama, cerca de TokioDerechos de autor de la imagenAP
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El emperador y la emperatriz han presidido sobre un período de rápidos cambios en Japón, marcado por un mayor acercamiento al público.
No tiene poder político pero, como dijo Akihito en su discurso, ha heredado una larga tradición.
Tiene varios deberes oficiales en representación de la nación, como recibir a dignatarios extranjeros, organizar recepciones y entregar honores.
La monarquía japonesa está entrelazada con el sintoísmo, y el emperador todavía encabeza varios ritos y ceremonias religiosas.
Pero desde que asumió el Trono de Crisantemo en 1989, Akihito adoptó un estilo más moderno, esforzándose a acercar más la familia imperial al pueblo.
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En 2011, él y su esposa, la emperatriz Michiko, fueron ampliamente admirados por visitar las zonas de Japón afectadas por el devastador tsunami. Fue entonces que Akihito hizo su primera alocución pública en video.
Akihito (centro) y la emperatriz Michiko (a su derecha) visitan los lugares devastados por el tsunami de 2011Derechos de autor de la imagenREUTERS
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En 2011, el emperador Akihito y la emperatriz Michiko fueron ampliamente admirados por visitar las zonas de Japón afectadas por el devastador tsunami
Repetidamente expresó remordimiento por las acciones de Japón durante la Segunda Guerra Mundial, una postura sobre un tema muy sensible que desafinó con un número creciente de políticos revisionistas.
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Sin embargo, goza de un gran apoyo popular y miles de japoneses se congregan frente a la residencia real para manifestar sus mejores deseos a la pareja imperial.
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Akihito ha sufrido varios quebrantos de salud y tuvo que ser intervenido de un cáncer de próstata en 2003 y someterse a un bypass coronario en 2012.
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Aunque en su alocución aseguró estar recuperado de sus cirugías y que está en buena salud, reconoció que su nivel de estado físico necesariamente está declinando con la edad y "me preocupa que podría volverse difícil para mí realizar mis deberes".
Cambios constitucionales
Desde mediados de julio se rumoraba del deseo de Akihito de buscar cómo abdicar, lo que causó considerable sorpresa pública.
Reacción al discurso del emperador AkihitoDerechos de autor de la imagenREUTERS
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A pesar de que había rumores sobre la opinión del emperador, el público reaccionó con sorpresa frente a las pantallas de televisión en las calles de Tokio.
La medida no tiene precedente en la historia moderna de Japón, pues no existe una provisión legal para la abdicación, según la ley japonesa.
Se necesitaría un cambio en la Constitución para que un emperador renuncie a su cargo.
Varios cambios constitucionales que afectarían la familia imperial han sido discutidos en el pasado.
Japoneses en la calle observan el mensaje del emperador en una pantalla giganteDerechos de autor de la imagenREUTERS
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En únicamente la segunda vez que las palabras del emperador han sido televisadas en público.
En 2006 se abrió un debate sobre si una mujer podía ascender al trono y, en 2011, el príncipe Akishino, hermano menor de Akihito, pidió que se discutiera imponer una edad de jubilación para el emperador. Ninguna de las iniciativas resultó en cambio.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, respondió minutos después de la transmisión del mensaje pregrabado de Akihito.
Manifestó que el gobierno estaría tomando en consideración la edad y condición física del emperador, abordando el tema "con seriedad".
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