El intrusismo del heredero
Las cartas secretas del príncipe Carlos al Gobierno salen a la luz tras 10 años de batalla legal
CARLOS FRESNEDACorresponsal Londres Actualizado:13/05/2015 17:36 horas
The Guardian ha revelado este miércoles el contenido de las 27 cartas 'secretas' escritas por el Príncipe Carlos a otros tantos departamentos del Gobierno británico en la era de Tony Blair, entre el 2004 y el 2005. La publicación de las cartas, que ha sido objeto de un pleito legal durante diez años, saca a relucir el 'intrusismo' del heredero de la Corona en cuestiones políticas y deja en evidencia a la reina Isabel II, defensora a ultranza de la "neutralidad" de la Casa Real.
La publicación de las 'cartas de araña' (así conocidas por la peculiar y a veces ininteligible caligrafía del Príncipe Carlos) se interpreta también como una victoria de la libertad de prensa, al cabo de una década de batalla legal desde que el periodista de The Guardian Rob Evans decidiera acoger a la Ley de Libertad de Información para reclamar su difusión.
La decepción de Cameron
El 'premier' David Cameron intervino recientemente en la polémica admitiendo su "decepción" tras la reciente decisión del Tribunal Supremo británico, que dio luz verde a la publicación pese a la petición expresa del fiscal general, Dominique Grieve, para que su contenido permaneciera bajo secreto de Estado por considerar que se trataba de "creencias y opiniones personales del príncipe" y no de "asuntos de relevancia pública".
El heredero firma en un libro de visitas en una imagen de archivo. REUTERS
Durante varios años, Carlos desarrolló el curioso hábito de escribir a los departamentos del ejecutivo, del de Educación al de Asuntos Rurales o Medio Ambiente, lo que según sus críticos demuestra una clara intención de interferir en las decisiones gubernamentales.
En su colección de cartas, el Príncipe Carlos llega a criticar desde el equipamiento de los soldados combatiendo en Irak a la alimentación del ganado vacuno. El heredero expresa también su preocupación por la pesca ilegal, por los efectos de la política agraria de Unión Europea y por la reconstrucción de edificios históricos en Irlanda del Norte.
"El Príncipe de Gales se preocupa sinceramente de todo lo que pasa en este país e intenta usar su posición única para ayudar a los demás", podía leerse también en el comunicado de Clarence House. "Gran parte de su vida ha estado dedicada a ayudar a personas y organizaciones que contribuyen a marcar la diferencia en este país y por un mundo mejor".
De paso por los grandes almacenes Marks and Spencer en Londres, el príncipe Carlos fue interrogado sobre la marcha por el periodista del Canal 4 Michael Crick. "¿Sigue escribiendo usted a los ministros?", inquirió Crick. A lo que Carlos respondió secamente alegando que se trataba de "una pregunta muy previsible".
La polémica ha vuelto a estallar coincidiendo con la publicación de 'Carlos: el corazón de un rey', de Catherine Mayer, que sostiene que a Isabel II le preocupa el giro activo que su hijo pretende dar a la monarquía, en contraste con la proverbial distancia e imparcialidad en asuntos políticos que hasta ahora ha distinguido a la Reina.
Fuente
El Príncipe Carlos durante la visita a unas inundaciones en el condado de Somerset el año pasado - efe
Salen a la luz las cartas del Príncipe Carlos presionando al gabinete de Blair
13/05/2015 10:37h
Tras un debate jurídico que se prolongó durante diez años, han visto la luz por orden judicial 27 cartas que el Príncipe de Gales envió entre 2004 y 2005 a siete departamentos del Gobierno de Tony Blair, en las que Carlos expresaba sus puntos de vista sobre causas que le interesaban. Para muchos, esas misivas incumplían su deber de imparcialidad. [Aquí puedes consultar la correspondencia publicada este miércoles]
La Corte Suprema británica tomó la decisión de que viesen la luz el pasado marzo, un fallo que David Cameron consideró «decepcionante». Clarence House, la oficina del Príncipe, lamentó también entonces que «no se haya respetado el principio de privacidad». La disputa enfrentó a Palacio con el diario laborista «The Guardian», que mantuvo la liza para la publicación de las cartas, conocidas por la prensa inglesa como «El memorial de la araña negra», en alusión a la ortografía complicada del Príncipe en tinta de ese color.
En las cartas, Carlos de Inglaterra, de 66 años, se muestra preocupado por temas clásicos de su interés personal, algunos incluso con un punto extravagante, como la merluza negra y el albatros de la Patagonia, le medicina naturista o el sacrificio de los tejones. Pero también aborda temas de más calado. En septiembre del 2004 escribió al primer ministro Tony Blair para quejarse del mal funcionamiento con altas temperaturas de los helicópteros británicos Lynx, que se estaban empleando en la guerra de Irak: «Me temo que esto es solo otro ejemplo más de que a nuestras fuerzas armadas se les está pidiendo un trabajo de desafío extremo, particularmente en Irak, sin los recursos necesarios», se queja Carlos. Blair le contestó un mes después, diciéndole que su carta «es constructiva e invita a pensar».
En febrero del 2005 volvió a escribir al primer ministro laborista para quejarse de que la posición dominante de las grandes cadenas de supermercados británicas estaba afectando a los granjeros y a la seguridad de la cadena alimentaria.
También se dirigió al ministro de Sanidad, en relación a un hospital donde su fundación colaboraba, y se quejó de las dietas de los alumnos de los colegios de South Gloucestershire. Otros temas de su interés fueron la reconstrucción de edificios históricos en Irlanda del Norte, los problemas de los trabajadores del sector lácteo y la política agrícolade la UE.
El problema político radica en que la Constitución obliga al Rey a mantener una exquisita neutralidad, a no influir en el Gobierno. Carlos, cuya madre tiene ya 89 años, está llamado a reinar algún día, y sus opiniones pasan a ser un problema si trata de imponérselas al Gobierno. Y eso es lo que habría intentado durante el mandato de Tony Blair, con 27 cartas en los años 2004 y 2005, dirigidas a diversos departamentos ministeriales.
Clarence House, el gabinete de Carlos, ha emitido esta tarde un comunicado en el que lamenta que se hayan aireado las misivas: «La publicación de las Cartas privadas solo puede inhibir su capacidad para expresar las inquietudes y sugerencias que le han transmitido en el curso de sus viajes y encuentros».
Carlos escribió de su puño y letra a los departamentos ministeriales de Sanidad, Educación, Medio Ambiente, Asuntos Rurales, Empresa, Cultura e Irlanda del Norte. Un periodista de «The Guardian» solicitó ver las cartas invocando la Ley de Libertad de Información de 2004. El Tribunal Superior de Londres le dio la razón, pero intervino el fiscal general, el máximo asesor legal de Gobierno, y lo vetó. Su argumento era que las misivas formaban parte de la preparación de Carlos para ser Rey. Además, el fiscal explicó que si se aireaban sus desacuerdos con Blair «su papel como futuro monarca podría quedar seriamente dañado, si pierde su posición de neutralidad política en el trono no podrá recuperarla fácilmente cuando sea Rey». Finalmente, el Alto Tribunal, la instancia máxima, dio la razón a los periodistas, con el voto a favor de cinco de sus siete jueces.
David Cameron lamentó la decisión: «Este asunto va de si un miembro del máximo nivel de la familia real puede expresar confidencialmente sus puntos de vista. Yo creo que mucha gente estará de acuerdo con que es justo que lo haga».
El periódico laborista celebró el fallo como «un buen día para la transparencia, la independencia judicial y la libertad de prensa». Alan Rusbridger, que acaba de ser relevado como director del rotativo, lamentó la opacidad del Gobierno: «Han gastado cientos de miles de libras tratando de ocultar esas cargas, admitiendo que su publicación podría dañar seriamente la percepción de la neutralidad del Príncipe».
El próximo 9 de septiembre, Isabel II, cuya salud es excelente, se convertirá en el monarca que más tiempo ha ocupado el trono británico: 63 años y 217 días, con lo que batiría el récord de la Reina Victoria. Isabel II ha respetado siempre escrupulosamente el principio de neutralidad que le impone la Carta Magna.
En enero nueva biografía del Príncipe, «Carlos, el corazón de un rey», obra de Catherine Mayer, de la revista «Time», puso otra vez sobre el tapete el debate sobre el intervencionismo del heredero. Tras haber hablado con su círculo íntimo, lo que emerge es que Carlos III sería un Rey «ni remotamente tan callado como su madre». Ya en el trono querría seguir expresando sus opiniones sobre las causas que lo apasionan, casi todas conservacionistas.
Aunque debido a la edad de la Reina el Príncipe ha ido asumiendo algunos de sus compromisos, como representarla en las cumbres de la Commonwealth, la biografía sostiene que ese rol no le es grato, que prefiere dedicarse a sus campañas. Lo cierto es que algunas funcionan: diez de las onegés del Príncipe recaudaron el año pasado 164 millones de euros.
El libro asegura que el Rey Carlos tiene ya una estrategia preparada para llevar a cabo en sus primeros seis meses en el trono. Sabe que la primera impresión es la que queda fijada en el corazón del pueblo. Además, asume que su reinado será corto, a diferencia del de su madre, que se ciñó la corona a los 25 años. Entre sus primeras decisiones se especula con que cambiaría el sistema de honores británico, que según sus palabras en la obra «distingue a gente equivocada por razones equivocadas». La reforma incluiría, por ejemplo, la supresión de la Orden del Imperio británico, pues carecería sentido toda vez que tal imperio ya no existe. ClarenceHouse, la oficina del Príncipe, desmintió ese pasaje del libro. Su autora aseguró haber tenido acceso a Carlos.
Fuente
Dirigidas a varios departamentos del ejecutivo de Blair
El Supremo da el visto bueno a la publicación de las cartas 'secretas' del Príncipe Carlos
Se pone aparentemente fin a 10 años de batalla de The Guardian
La Casa Real y el Gobierno se habían opuesto a su publicación
Cinco de los siete jueces del Supremo han dado la razón al diario
CARLOS FRESNEDACorresponsal Londres Actualizado: 26/03/2015 13:35 horas
El Tribunal Supremo británico ha dado luz verde a la publicación de 27 cartas "secretas" dirigidas por el Príncipe Carlos a varios departamentos del Gobierno de Tony Blair.
El fallo del Supremo pone aparentemente fin a diez años de batalla legal emprendida por The Guardian, que reclamó el acceso directo a las cartas en ejercicio de la Ley de Libertad de Información. Tanto la Casa Real como el Gobierno británico se habían opuesto a su publicación por considerar que se trata de una intrusión en las actividades del sucesor de la corona británica.
Cinco de los sietes jueces del Supremo han dado sin embargo la razón a The Guardian, aunque no han estipulado una fecha para publicación de las cartas. El Gobierno de David Cameron tiene aún capacidad de maniobra para poder interferir o vetar la difusión del contenido de las misivas.
Durante años, el Príncipe
Carlos desarrolló el curioso hábito de escribir a los departamentos del ejecutivo, del de Educación al de Asuntos Rurales o Medio Ambiente, lo que según sus críticos demuestra una clara intención de interferir en las decisiones gubernamentales.
La polémica ha vuelto a estallar coincidiendo con la publicación de 'Carlos: el corazón de un rey', de Catherine Mayer, que sostiene que a Isabel II le preocupa el giro activo que su hijo pretende dar a la monarquía, en contraste con la proverbial distancia e imparcialidad en asuntos políticos que hasta ahora ha distinguido a la Reina.
Fuente
Reino Unido: nació el bebé real
Redacción
BBC Mundo
22 julio 2013
Kate Middleton
El bebé real ocupa el tercer lugar en la línea de sucesión al trono.
A las 16:24, hora local de Londres, nació el primogénito del príncipe William y la duquesa de Cambridge.
El esperado bebé real pesó ocho libras y seis onzas (tres kilos, 900 gramos).
El niño es el tercero en la línea de sucesión a la corona británica, luego de su abuelo Carlos y su padre.
El parto
Hospital St. Mary de Londres
La entrada del hospital St. Mary de Londres.
La duquesa de Cambridge fue llevada al hospital St. Mary de Londres con los primeros síntomas de trabajo de parto la mañana del lunes, según informó el Palacio de Kensington.
La duquesa fue atendida por un equipo médico de élite liderado por los ginecólogos de la reina y dio a luz en el ala 'Lindo' del hospital.
Este es el mismo lugar donde tuvo a sus hijos la propia princesa Diana, madre de William y Harry.
El príncipe William estuvo presente en el parto.
En su día también lo hizo su padre, Carlos, cuando la princesa Diana dio a luz a sus dos hijos, y en aquella ocasión el príncipe heredero manifestó "estar agradecido" de haber podido compartir ese momento con su esposa.
El protocolo
Previamente, de hecho durante el nacimiento de la propia reina Isabel II, el protocolo establecía que en la sala de parto estuvieran presentes también funcionarios del gobierno para garantizar que el bebé real fuera auténtico.
Pero esta tradición fue eliminada por el rey George VI.
Hoy el protocolo de la corona británica establece que apenas nace el bebé real, los médicos deben firmar un documento con el membrete real, especificando el sexo y la hora de nacimiento del bebé.
El lenguaje empleado es formal y acorde con el protocolo.
Tras elaborarse el documento oficial del nacimiento, un ayudante lleva esta información al palacio de Buckingham, en un viaje en auto de unos 15 minutos.
Reina Isabel II
De acuerdo al protocolo británico, la reina Isabel II fue la primera en ser informada del nacimiento.
La tradición es que sea el rey o la reina el primero en ser informado del nacimiento del bebé.
Luego se informa al resto del mundo a través de un pequeño boletín colocado en un caballete en el palacio Buckingham, tal como ocurrió con el propio príncipe Carlos en 1948 y el príncipe William en 1982.
Sin embargo, en plena era de las redes sociales, el protocolo se adaptó a los nuevos tiempos y la corona británica, a través de la cuenta de Twitter de Clarence House, a cargo de la cibervocería de los herederos a la corona británica.
De este modo, el bebé real es el primero en su estirpe en contar con su propio hashtag: #RoyalBaby.
10 curiosidades sobre el nacimiento del bebé real
Keith Moore y Kathryn Westcott
BBC
22 julio 2013
Reino Unido se prepara para celebrar el nacimiento de quien estará de tercero en línea para ocupar el trono británico, después de su abuelo Carlos y su padre William.
La duquesa de Cambridge fue llevada este lunes al hospital St. Mary de Londres, la capital británica, con los primeros síntomas de trabajo de parto, según informó el Palacio Kensington.
El bebé llega cargando la historia en sus mínimas espaldas.
El nacimiento de los herederos de la corona es y ha sido siempre vital para cualquier monarquía y ese grado de importancia está reflejado en las tradiciones que han acompañado el evento a través de los siglos.
Algunas siguen vivas mientras que otras, seguramente para el alivio de Kate Middleton, han sido confinadas a los libros de historia.
He aquí diez de ellas.
1. Hasta 1948, los secretarios del Estado de Asuntos Internos solían estar presentes en los nacimientos reales.
Sir William Joynson-Hicks
Sir William Joynson-Hicks asistió al nacimiento de la reina Isabel II.
El secretario de Asuntos Internos Sir William Joynson-Hicks, por ejemplo, asistió al nacimiento de la reina Isabel II en 1926, a pesar de que el gobierno estaba envuelto en una disputa con los mineros de carbón.
Se pensaba que la costumbre tenía algo que ver con la verificación de que el niño era efectivamente hijo de la reina o de que era varón.
Pero antes del nacimiento del príncipe Carlos, los investigadores de la oficina de Asuntos Internos no encontraron evidencia que apoyara esa creencia, así que la práctica se suspendió, según la biografía de la reina escrita por Ben Pimlott.
2. El arzobispo de Canterbury tampoco atenderá el nacimiento, como era costumbre en el pasado.
Una excepción se dio en 1841, cuando nació el primer hijo de la reina Victoria -Alberto Eduardo- pues el arzobispo llegó tarde. Es probable que se haya debido al pesado tráfico de carruajes en las calles de la época, pero eso no está confirmado.
Cama de María II
En esta cama, María II dio a luz... o no, según los rumores.
3. Según se reportó, hubo 42 personajes públicos eminentes llamados a verificar el nacimiento del hijo del rey Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia, Jacobo Francisco Eduardo, en 1688 en el Palacio de St. James.
Fue "el primer circo mediático de la historia debido a un nacimiento real", según la catedrática de la Universidad de Cambridge Mary Fissel.
La gente cuestionaba el hecho de que la esposa del rey, María II de Inglaterra, estaba genuinamente embarazada y cuando empezó su trabajo de parto, cuenta Fissel, se esparcieron los rumores en los tabloides y en los cafés de que el bebé realmente era un niño que una sirvienta había traído a la habitación en una olla o que lo habían metido por una puerta secreta.
Ese escándalo dejó una duda indeleble sobre la legitimidad del bebé, señala Fissel, y nunca pudo ser rey. Guillermo III de Orange y su esposa María llegaron al trono después de la llamada Revolución Gloriosa en 1688.
4. El hijo de Kate y William no necesitará un apellido, pues tendrá el título de Su alteza real príncipe o princesa.
Pero si quisiera uno, tiene tres entre los cuales escoger: Mountbatten-Windsor, Wales (Gales) o Cambridge.
En 1917, Jorge V adoptó el apellido Windsor como el "apellido" de su familia, para cambiar el de Saxe-Coburg y Gotha que sonaba demasiado alemán para llevarlo durante la Primera Guerra Mundial.
La reina Isabel y el príncipe Felipe combinaron sus dos apellidos, de ahí Mountbatten-Windsor. Sus descendientes directos lo pueden usar, pero no están obligados a hacerlo.
Kate Middleton
A diferencia de su mamá, el príncipe no necesitará un apellido.
En su rol militar, William usa el nombre de su casa real, Wales (Gales), que tomó de su padre. Pero también está disponible como apellido Cambridge, por el título que se le dio a la pareja cuando se casaron: los duques de Cambridge.
5. La noticia será expuesta en un caballete.
Caballete
Primero se anunciará de acuerdo a la tradición y luego por las redes sociales.
Dicta la costumbre que las noticias de nacimientos o muertes de miembros de la familia real son desplegadas en las rejas del palacio de Buckingham antes de ser difundidas por cualquier otro medio.
En este caso, serán expuestas en un caballete ornamentado que estará en el patio delantero del palacio.
Se le informará primero a la reina, los miembros de la familia real de más alto rango y la familia Middleton, si no están en el hospital.
Paso seguido, un edecán real irá a toda prisa del hospital al palacio, escoltado por la policía, con el boletín. El anuncio, del tamaño de un folio, con el membrete del palacio y firmado por los principales doctores, le comunicará a la nación si es niño o niña.
Después de que se exhiba esta nota, se divulgará oficialmente por Twitter y Facebook, y se le informará a los medios.
6. Los nacimientos reales usualmente son celebrados con un saludo de 41 cañonazos de la Tropa Real de la Artillería Montada del rey.
Ese día, si se siguen los planes, Londres retumbará.
El saludo real tradicional consta de 21 cañonazos pero como serán disparados en un parque real -Green Park- habrá 20 disparos más: un total de 41.
Y no serán los únicos. En la Torre de Londres se dispararán 62: los 21 básicos, 20 por ser un castillo real y 21 en nombre de la ciudad de Londres.
Cañón
Cañonazos y banderas marcarán el feliz evento.
Las banderas británicas ondearán en las astas de todos los edificios gubernamentales, barcos de la Marina Real y los establecimientos de Defensa.
7. El bebé nacerá en un hospital.
El príncipe William fue el primer heredero de la corona británica que llegó al mundo de esa manera.
Bebés reales
El príncipe William fue el primer bebé real que nació en un hospital.
Tanto él como su hermano Harry nacieron en el ala privada Lindo del Hospital de St. Mary en Paddington, Londres, el mismo lugar en el que la duquesa de Cambridge planea dar a luz.
La reina nació en la casa de sus padres, 17 Bruton Street de Mayfair, Londres.
El actual heredero al trono, el príncipe Carlos, nació en el palacio de Buckingham y su hermana mayor, Ana, nació en Clearence House, otra de las residencias reales de la capital inglesa.
8. Lo más probable es que los nuevos padres le presenten al bebé al mundo a través de la prensa que acampará afuera del hospital.
La reina mostró a sus hijos desde el balcón del palacio de Buckingham, frente a una enorme multitud.
9. El faldón de bautizo será una réplica de uno que ha sido usado desde 1841.
Bautizo real
El faldón de bautizo será estilo victoriano.
La prenda fue hecha originalmente para el bautizo de la hija mayor de la reina Victoria, la princesa real Victoria Adelaide Mary Louisa.
Confeccionado con encaje Honiton y satín blanco, ha sido usado por las generaciones subsecuentes.
La reina actual lo usó, así como sus hijos y nietos.
En 2008, el hijo del príncipe Eduardo y la condesa de Wessex vistió una réplica para preservar el original.
10. No se sabe aún dónde será bautizado el bebé, pero al príncipe William, como a su padre Carlos, los bautizó el Arzobispo de Canterbury en la sala de música del palacio de Buckingham.
Fuente
Un documento revela el poder de la monarquía británica para bloquear leyes
15 DE ENERO DE 2013 07:54 AM
Un documento interno del Gobierno del Reino Unido hecho público por orden judicial revela que la reina Isabel II y el príncipe Carlos conservan un amplio poder para bloquear leyes, informó hoy el diario "The Guardian". Los llamados "Papeles del Gobierno", redactados por abogados de la oficina del primer ministro y dirigidos a los funcionarios encargados de elaborar nueva legislación, muestran cómo la reina y el heredero de la corona han condicionado decenas de leyes en las últimas décadas. El documento detalla que la monarquía ha debido dar su aprobación a normas que abarcan la organización de la educación superior, la paga por paternidad, el cuidado infantil y el uso de documentos de identificación. En el informe, lo letrados advierten incluso de que sin el consentimiento de la monarquía existe el riesgo de que "la mayor parte de una nueva ley se deba eliminar". El documento alerta asimismo a los encargados de elaborar leyes de que la aprobación por parte de la familia real puede provocar retrasos en los plazos y recalca que si se producen nuevas modificaciones en la legislación debe consultarse de nuevo con los miembros de la monarquía. Según el informe, es necesaria la aprobación de la realeza para todas aquellas normas que afecten a los ingresos por herencias, a las propiedades personales y los intereses de la Corona, el Ducado de Lancaster y el Ducado de Cornualles. "Esto abrirá los ojos de aquellos que creen que la reina solo tiene un rol ceremonial", consideró el diputado liberaldemócrata Andrew George. Los papeles del Gobierno "evidencian que la realeza juega un papel activo en el proceso democrático y que necesitamos una mayor transparencia parlamentaria para poder juzgar si estos poderes de influencia y veto son realmente apropiados", afirmó George. Un portavoz del Palacio de Buckingham señaló que es "una convención largamente establecida que la reina sea consultada por el parlamento para otorgar su consentimiento a aquellas leyes que el parlamento considere que afectan a los intereses de la Corona". "La soberana no ha rechazado dar su consentimiento a ninguna legislación que afecte a los intereses de la Corona cuando miembros del Gobierno no le han aconsejado que así lo hiciera", agregó el portavoz. En el mismo sentido se expresó un representante del príncipe Carlos, que apuntó que "en tiempos modernos, el príncipe de Gales nunca ha rechazado dar su consentimiento a una ley que afecte a los intereses del Ducado de Cornualles (del que recibe ingresos), a no ser que así lo hayan aconsejado miembros del Gobierno".
Fuente
Gran Bretaña, vigilancia extrema. Foto: AP Gran Bretaña, vigilancia extrema. Foto: AP
Gran Bretaña: Poderes secretos de la Corona
POR LEONARDO BOIX , 7 SEPTIEMBRE, 2012 PRISMA INTERNACIONAL
LONDRES (apro).- En Gran Bretaña, donde supuestamente el poder es ejercido por el Primer Ministro, el Gabinete y el Parlamento, dentro del cual el soberano no es un componente partidario, la Corona cuenta con poderes de veto casi desconocidos que han llegado a modificar leyes claves del país, los cuales fueron revelados tras una prolongada campaña de activistas por los derechos civiles.
La serie de poderes de veto de la reina Isabel II de Inglaterra y de su primogénito, el príncipe Carlos, les permitieron alterar y modificar nuevas leyes en el Reino Unido durante el transcurso de los años.
El gobierno de coalición que encabeza el conservador David Cameron se vio obligado a revelar los datos, tras haber perdido una batalla legal para mantener esos detalles en secreto.
El Comisionado para la Información, Christopher Graham, dictaminó que la Oficina del Gabinete debía publicar detalles internos de Whitehall acerca de cómo altos miembros de la Casa Real son consultados antes de que leyes claves sean enviadas al Parlamento.
Los poderes de veto de la Corona fueron dados a conocer el año pasado por el periódico The Guardian y desde entonces fueron calificados por abogados constitucionalistas del país como una “fuerza disuasoria real”.
Dichos poderes le habrían permitido al príncipe Carlos, heredero al trono británico, imponer ciertas posiciones en áreas como arquitectura y Salud.
De acuerdo con la constitución no codificada del Reino Unido, el poder político es ejercido en última instancia por el Parlamento, dentro del cual el soberano no es un componente partidario, junto con la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes, así como por el Primer Ministro y el Gabinete. De este modo, como la monarquía británica moderna es constitucional, el papel del soberano en la práctica se encuentra limitado a funciones no partidarias, como la de ser fuente de honor.
Tras el dictamen del Comisionado para la Información, el gobierno británico se vio obligado a publicar el “manual confidencial” sobre los poderes de veto de la Corona.
Dicha guía detalló cómo se pide la aprobación de la Corona (de Isabel II) y el Ducado de Cornualles (del príncipe Carlos) antes de que ciertas leyes sean aprobadas en el Parlamento, de qué forma los ministros piden “consejo” a los miembros de alto rango de la Realeza para modificar la legislación.
Según The Guardian, el pasado 3 de septiembre, en las dos últimas sesiones parlamentarias, el príncipe Carlos fue requerido por los ministros para consentir al menos 12 proyectos legislativos, desde leyes sobre mudanzas hasta sociedades cooperativas.
Entre 2007 y 2009, el heredero al trono fue consultado sobre leyes que van desde cambios a los juzgados de instrucción, pasado por el desarrollo económico, la construcción, acceso a zonas costeras y marinas, planificación y reurbanización de viviendas, energía, planeamiento social y nanotecnología.
En el caso de Carlos, los poderes de veto secretos surgen de su rol como propietario del Ducado de Cornualles, de mil 110 millones de dólares en valor total y que le provee de un salario anual de cerca de 27 millones de dólares.
El gobierno ha batallado para mantener dichos poderes en secreto, al indicar que su publicación violará los privilegios legales profesionales.
Anthony Berkeley, un lord laborista a quien se le informó que debía pedirle autorización al príncipe Carlos para una ley de navegación marítima, declaró que la decisión del Comisionado de Información “es absolutamente correcta”.
El lord Berkely sostuvo que la publicación de dichos poderes echa luz sobre un procedimiento legal poco conocido por los británicos, que le permite al príncipe de Gales y a la Reina “interferir en leyes para asegurarse que no afecten sus intereses personales”.
Entre 2008 y 2009 el Ministerio de Justicia consultó al Palacio de Buckingham acerca de la ley de aprendices y cómo afectaría a Isabel II “en su capacidad personal”.
Como empleadora de mil 200 trabajadores en los distintos Palacios Reales, incluidos mayordomos, choferes y mucamas, la monarca se veía afectada por la legislación.
Los funcionarios del gobierno le preguntaron a la Casa Real “por las intenciones de Su Majestad en relación con la ley” antes de que fuera votada en la Cámara de los Comunes.
Un correo electrónico refiere a una nota de los abogados de la Reina, el bufete Farrer & Co, “estableciendo sus instrucciones en relación con la presentación de la Ley de aprendices a Su Majestad en su capacidad personal”.
Dicha ley fue finalmente modificada en 2009, en beneficio de la Reina como empleadora.
La correspondencia se asemeja a una serie de e-mails dados a conocer el año pasado en los que un ministro (cuyo nombre no fue dado por razones legales) le escribió a la oficina de Carlos pidiéndole autorización para una nueva ley de planeamiento edilicio “debido a que ésta puede afectar los intereses privados del príncipe de Gales”.
“Estamos en el siglo XXI y no en el XVIII. Es una locura pensar que (la Realeza) está tratando de hacer esto. La Familia Real debería abandonar este privilegio especial y todos respetar la ley de este país. Sólo por el hecho de que tengan campos y fortunas privadas desde hace varios siglos no significa que cuenten con el derecho de interferir”, subrayó el lord Berkely.
El golpe final contra el secretismo que rodeó el proceso de influencia del príncipe Carlos en la creación de leyes lo dio el académico en jurisprudencia John Kirkhope, quien le pidió a Whitehall por la “guía secreta” sobre dichos poderes de la Corona.
Según el experto, “está claramente en el interés público que los británicos entiendan cómo se hacen las leyes y de qué forma es consultado el Ducado de Cornualles (o Carlos)”.
Kirkhope se encontraba investigando una tesis doctoral acerca del estatus legal del Ducado y quería saber cómo los ministros decidían si las nuevas leyes afectaban “los ingresos hereditarios, propiedad privada del Duque (Carlos) y otros intereses”.
El Ducado de Cornualles, establecido en 1337 a partir del anterior conde de Cornualles por Eduardo III de Inglaterra para su hijo, Eduardo, Príncipe de Gales, el Príncipe Negro, tiene como principal actividad la administración de sus tierras, granjas, campos industriales y propiedades.
El ducado tiene una cartera de inversiones financieras y posee tierras que suman 540,9 kilómetros cuadrados. Cerca de la mitad de las propiedades se encuentran en Devon, con otras grandes extensiones en Cornualles, Herefordshire, Somerset y Gales.
En el año fiscal de 2007, el ducado fue evaluado en 647 millones de libras y el beneficio anual fue de 16,3 millones de libras, con un rendimiento del 2,5%. Al ser parte de la corona, el ducado está exento de pagar impuestos sobre sociedades, pero, desde 1993, el Príncipe de Gales ha pagado impuestos sobre la renta en forma voluntaria.
Los intereses del Ducado, que además incluyen la protección medioambiental de mucho territorio del suroeste de Inglaterra, se ha superpuesto con los del propio Carlos, principalmente en materia de planeamiento, por el cual el príncipe de Gales fue acusado de abusar su influencia para distorsionar el proceso democrático.
En 2009 el primogénito de Isabel II protagonizó un fuerte escándalo en el país al interponerse para que no se construyera el complejo edilicio de Chelsea Barracks, en el exclusivo barrio londinense de Chelsea, y diseñado por el laureado arquitecto inglés Richard Rogers.
En privado, Carlos se quejó de la construcción con el propietario de esas tierras, el Primer Ministro de Qatar, Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani, a quien le dijo que el diseño del Chelsea Barracks “es un gigantesco experimento con el alma misma de nuestra ciudad capital”. Finalmente Rogers fue despedido y el esquema arquitectónico re-ideado en línea con el gusto estético del príncipe de Gales.
Al cumplir sus 60 años, en 2008, Carlos le dijo a la BBC que sus intervenciones, desde los peligros -que en su opinión- acarrean los alimentos genéticamente modificados y su simpatía por el Tíbet, entre otros, no buscan “interferir” sino “movilizar”.
Él cree que tiene el deber de utilizar su posición en la vida para hacer que la gente con dinero e influencias reflexione sobre algunos de los temas que preocupan al mundo de hoy.
Sin embargo, Kirkhope afirmó a partir de su investigación que el proceso para obtener la aprobación real (royal consent) para los proyectos legislativos “no es una mera formalidad” ni busca “movilizar a la población” sino sólo mejorar intereses personales.
“La correspondencia (entre los ministros y la Corona) indica que los efectos de las leyes son explicados a la Casa Real, incluido el Ducado de Cornualles, luego siguen las discusiones y si es necesario, se hacen cambios para la legislación propuesta”, indicó el académico.
“Los Ministerios de Estado habían luchado para evitar revelar la correspondencia que evidencia cómo funciona este proceso y la Oficina del Gabinete se resistió en principio a dar detalles de la guía que determina si el príncipe como Duque de Cornualles es consultado en primer lugar”, continuó el experto.
Kirkhope sostuvo que el proceso por el cual se crean las leyes en Gran Bretaña “debe ser transparente y aquellos a quienes se les da privilegios especiales deben hacerse responsables.
“Pero como se ha demostrado ese no ha sido el caso en relación con el Ducado de Cornualles”, señaló.
La Corona británica, que entre marzo de 2010 y el mismo mes de 2011 gastó 32.1 millones de libras (unos 51 millones de dólares) de las arcas públicas, tiene claros intereses a la hora de la creación de leyes.
Si Gran Bretaña se precia de ser una de las principales democracias más transparentes del mundo, deberá escuchar entonces el creciente número de críticos a los poderes de veto que tienen los miembros de alto rango de la Familia Real, mantenidos en secreto para evitar escándalos.
Queda por verse si la coalición de David Cameron, que no logró reformar la anticuada Cámara de los Lores, puede cercenar los antiguos poderes de una Monarquía de privilegios.
Fuente
¿Qué esconden las cartas de Carlos de Inglaterra?
El Príncipe de Gales, en una feria de flores. | GtresEl Príncipe de Gales, en una feria de flores. | Gtres
La BBC reconoce que envió cartas a su antiguo director comentando programas
El fiscal ha vetado la difusión de las que el Príncipe de Gales mandó a ministros
ELMUNDO.es |
Actualizado miércoles 17/10/2012 13:57 horas
El veto del gobierno británico a las cartas escritas por el Príncipe de Gales a siete ministros de Blair ha despertado grandes críticas en el Reino Unido. Mientras, la BBC se ha negado a desvelar el contenido de las cartas que Carlos de Inglaterra ha enviado a la cadena pública comentando sus programas.
El fiscal general de Inglaterra anunciaba este martes que había bloqueado la difusión de las 27 misivas, esgrimiendo que debían permanecer confidenciales porque formaba parte de "su preparación para reinar".
"Es un secreto a voces que el príncipe Carlos ha hecho lobby al gobierno", señalaba un portavoz de 'The Guardian', que ya ha manifestado su intención de apelar la decisión (el mes pasado, la petición de un periodista del diario fue autorizada por un tribunal). "El público tiene derecho a saber por qué hace presión y si influye en la política", denunciaba el diario.
Según el Daily Telegraph, la decisión sólo ha servido para reforzar la idea de que el príncipe busca influir en la política británica. Para los grupos antimonárquicos, con su decisión del martes el fiscal Dominic Grieve está "protegiendo" al príncipe y poniendo sus derechos por encima de los del público.
Grieve esgrimió que, de hacerse público el contenido de las misivas podía quedar dañado el principio de neutralidad que se presupone a todo monarca y perjudicarle en el ejercicio de sus funciones.
¿Lobby a la BBC?
Hasta ahora, se pensaba que los destinatarios de las misivas del heredero al trono británico eran únicamente políticos. Sin embargo, el Daily Telegrpah revela este miércoles que Carlos de Inglaterra escribió numerosas cartas al antiguo director de la cadena británica BBC, Mark Thompson, comentando la programación del canal público.
La cadena ha reconocido la existencia de las cartas en respuesta a la petición del diario británico, que ha apelado a la Ley de Libertad de Información, pero se ha negado a difundirlas porque "la reacción de la audiencia [en este caso, el príncipe], incluidas las quejas, críticas y discusiones, a la programación de la BBC" no está sujeta a esa ley.
Según el Telegraph, la cadena quiere "mantener un espacio seguro para los organismos públicos para debatir asuntos con la Casa Real fuera del escrutinio público".
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Un documento revela el poder de la monarquía británica para bloquear leyes
15 DE ENERO DE 2013 07:54 AM
Un documento interno del Gobierno del Reino Unido hecho público por orden judicial revela que la reina Isabel II y el príncipe Carlos conservan un amplio poder para bloquear leyes, informó hoy el diario "The Guardian". Los llamados "Papeles del Gobierno", redactados por abogados de la oficina del primer ministro y dirigidos a los funcionarios encargados de elaborar nueva legislación, muestran cómo la reina y el heredero de la corona han condicionado decenas de leyes en las últimas décadas. El documento detalla que la monarquía ha debido dar su aprobación a normas que abarcan la organización de la educación superior, la paga por paternidad, el cuidado infantil y el uso de documentos de identificación. En el informe, lo letrados advierten incluso de que sin el consentimiento de la monarquía existe el riesgo de que "la mayor parte de una nueva ley se deba eliminar". El documento alerta asimismo a los encargados de elaborar leyes de que la aprobación por parte de la familia real puede provocar retrasos en los plazos y recalca que si se producen nuevas modificaciones en la legislación debe consultarse de nuevo con los miembros de la monarquía. Según el informe, es necesaria la aprobación de la realeza para todas aquellas normas que afecten a los ingresos por herencias, a las propiedades personales y los intereses de la Corona, el Ducado de Lancaster y el Ducado de Cornualles. "Esto abrirá los ojos de aquellos que creen que la reina solo tiene un rol ceremonial", consideró el diputado liberaldemócrata Andrew George. Los papeles del Gobierno "evidencian que la realeza juega un papel activo en el proceso democrático y que necesitamos una mayor transparencia parlamentaria para poder juzgar si estos poderes de influencia y veto son realmente apropiados", afirmó George. Un portavoz del Palacio de Buckingham señaló que es "una convención largamente establecida que la reina sea consultada por el parlamento para otorgar su consentimiento a aquellas leyes que el parlamento considere que afectan a los intereses de la Corona". "La soberana no ha rechazado dar su consentimiento a ninguna legislación que afecte a los intereses de la Corona cuando miembros del Gobierno no le han aconsejado que así lo hiciera", agregó el portavoz. En el mismo sentido se expresó un representante del príncipe Carlos, que apuntó que "en tiempos modernos, el príncipe de Gales nunca ha rechazado dar su consentimiento a una ley que afecte a los intereses del Ducado de Cornualles (del que recibe ingresos), a no ser que así lo hayan aconsejado miembros del Gobierno".
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Gran Bretaña, vigilancia extrema. Foto: AP Gran Bretaña, vigilancia extrema. Foto: AP
Gran Bretaña: Poderes secretos de la Corona
POR LEONARDO BOIX , 7 SEPTIEMBRE, 2012 PRISMA INTERNACIONAL
LONDRES (apro).- En Gran Bretaña, donde supuestamente el poder es ejercido por el Primer Ministro, el Gabinete y el Parlamento, dentro del cual el soberano no es un componente partidario, la Corona cuenta con poderes de veto casi desconocidos que han llegado a modificar leyes claves del país, los cuales fueron revelados tras una prolongada campaña de activistas por los derechos civiles.
La serie de poderes de veto de la reina Isabel II de Inglaterra y de su primogénito, el príncipe Carlos, les permitieron alterar y modificar nuevas leyes en el Reino Unido durante el transcurso de los años.
El gobierno de coalición que encabeza el conservador David Cameron se vio obligado a revelar los datos, tras haber perdido una batalla legal para mantener esos detalles en secreto.
El Comisionado para la Información, Christopher Graham, dictaminó que la Oficina del Gabinete debía publicar detalles internos de Whitehall acerca de cómo altos miembros de la Casa Real son consultados antes de que leyes claves sean enviadas al Parlamento.
Los poderes de veto de la Corona fueron dados a conocer el año pasado por el periódico The Guardian y desde entonces fueron calificados por abogados constitucionalistas del país como una “fuerza disuasoria real”.
Dichos poderes le habrían permitido al príncipe Carlos, heredero al trono británico, imponer ciertas posiciones en áreas como arquitectura y Salud.
De acuerdo con la constitución no codificada del Reino Unido, el poder político es ejercido en última instancia por el Parlamento, dentro del cual el soberano no es un componente partidario, junto con la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes, así como por el Primer Ministro y el Gabinete. De este modo, como la monarquía británica moderna es constitucional, el papel del soberano en la práctica se encuentra limitado a funciones no partidarias, como la de ser fuente de honor.
Tras el dictamen del Comisionado para la Información, el gobierno británico se vio obligado a publicar el “manual confidencial” sobre los poderes de veto de la Corona.
Dicha guía detalló cómo se pide la aprobación de la Corona (de Isabel II) y el Ducado de Cornualles (del príncipe Carlos) antes de que ciertas leyes sean aprobadas en el Parlamento, de qué forma los ministros piden “consejo” a los miembros de alto rango de la Realeza para modificar la legislación.
Según The Guardian, el pasado 3 de septiembre, en las dos últimas sesiones parlamentarias, el príncipe Carlos fue requerido por los ministros para consentir al menos 12 proyectos legislativos, desde leyes sobre mudanzas hasta sociedades cooperativas.
Entre 2007 y 2009, el heredero al trono fue consultado sobre leyes que van desde cambios a los juzgados de instrucción, pasado por el desarrollo económico, la construcción, acceso a zonas costeras y marinas, planificación y reurbanización de viviendas, energía, planeamiento social y nanotecnología.
En el caso de Carlos, los poderes de veto secretos surgen de su rol como propietario del Ducado de Cornualles, de mil 110 millones de dólares en valor total y que le provee de un salario anual de cerca de 27 millones de dólares.
El gobierno ha batallado para mantener dichos poderes en secreto, al indicar que su publicación violará los privilegios legales profesionales.
Anthony Berkeley, un lord laborista a quien se le informó que debía pedirle autorización al príncipe Carlos para una ley de navegación marítima, declaró que la decisión del Comisionado de Información “es absolutamente correcta”.
El lord Berkely sostuvo que la publicación de dichos poderes echa luz sobre un procedimiento legal poco conocido por los británicos, que le permite al príncipe de Gales y a la Reina “interferir en leyes para asegurarse que no afecten sus intereses personales”.
Entre 2008 y 2009 el Ministerio de Justicia consultó al Palacio de Buckingham acerca de la ley de aprendices y cómo afectaría a Isabel II “en su capacidad personal”.
Como empleadora de mil 200 trabajadores en los distintos Palacios Reales, incluidos mayordomos, choferes y mucamas, la monarca se veía afectada por la legislación.
Los funcionarios del gobierno le preguntaron a la Casa Real “por las intenciones de Su Majestad en relación con la ley” antes de que fuera votada en la Cámara de los Comunes.
Un correo electrónico refiere a una nota de los abogados de la Reina, el bufete Farrer & Co, “estableciendo sus instrucciones en relación con la presentación de la Ley de aprendices a Su Majestad en su capacidad personal”.
Dicha ley fue finalmente modificada en 2009, en beneficio de la Reina como empleadora.
La correspondencia se asemeja a una serie de e-mails dados a conocer el año pasado en los que un ministro (cuyo nombre no fue dado por razones legales) le escribió a la oficina de Carlos pidiéndole autorización para una nueva ley de planeamiento edilicio “debido a que ésta puede afectar los intereses privados del príncipe de Gales”.
“Estamos en el siglo XXI y no en el XVIII. Es una locura pensar que (la Realeza) está tratando de hacer esto. La Familia Real debería abandonar este privilegio especial y todos respetar la ley de este país. Sólo por el hecho de que tengan campos y fortunas privadas desde hace varios siglos no significa que cuenten con el derecho de interferir”, subrayó el lord Berkely.
El golpe final contra el secretismo que rodeó el proceso de influencia del príncipe Carlos en la creación de leyes lo dio el académico en jurisprudencia John Kirkhope, quien le pidió a Whitehall por la “guía secreta” sobre dichos poderes de la Corona.
Según el experto, “está claramente en el interés público que los británicos entiendan cómo se hacen las leyes y de qué forma es consultado el Ducado de Cornualles (o Carlos)”.
Kirkhope se encontraba investigando una tesis doctoral acerca del estatus legal del Ducado y quería saber cómo los ministros decidían si las nuevas leyes afectaban “los ingresos hereditarios, propiedad privada del Duque (Carlos) y otros intereses”.
El Ducado de Cornualles, establecido en 1337 a partir del anterior conde de Cornualles por Eduardo III de Inglaterra para su hijo, Eduardo, Príncipe de Gales, el Príncipe Negro, tiene como principal actividad la administración de sus tierras, granjas, campos industriales y propiedades.
El ducado tiene una cartera de inversiones financieras y posee tierras que suman 540,9 kilómetros cuadrados. Cerca de la mitad de las propiedades se encuentran en Devon, con otras grandes extensiones en Cornualles, Herefordshire, Somerset y Gales.
En el año fiscal de 2007, el ducado fue evaluado en 647 millones de libras y el beneficio anual fue de 16,3 millones de libras, con un rendimiento del 2,5%. Al ser parte de la corona, el ducado está exento de pagar impuestos sobre sociedades, pero, desde 1993, el Príncipe de Gales ha pagado impuestos sobre la renta en forma voluntaria.
Los intereses del Ducado, que además incluyen la protección medioambiental de mucho territorio del suroeste de Inglaterra, se ha superpuesto con los del propio Carlos, principalmente en materia de planeamiento, por el cual el príncipe de Gales fue acusado de abusar su influencia para distorsionar el proceso democrático.
En 2009 el primogénito de Isabel II protagonizó un fuerte escándalo en el país al interponerse para que no se construyera el complejo edilicio de Chelsea Barracks, en el exclusivo barrio londinense de Chelsea, y diseñado por el laureado arquitecto inglés Richard Rogers.
En privado, Carlos se quejó de la construcción con el propietario de esas tierras, el Primer Ministro de Qatar, Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani, a quien le dijo que el diseño del Chelsea Barracks “es un gigantesco experimento con el alma misma de nuestra ciudad capital”. Finalmente Rogers fue despedido y el esquema arquitectónico re-ideado en línea con el gusto estético del príncipe de Gales.
Al cumplir sus 60 años, en 2008, Carlos le dijo a la BBC que sus intervenciones, desde los peligros -que en su opinión- acarrean los alimentos genéticamente modificados y su simpatía por el Tíbet, entre otros, no buscan “interferir” sino “movilizar”.
Él cree que tiene el deber de utilizar su posición en la vida para hacer que la gente con dinero e influencias reflexione sobre algunos de los temas que preocupan al mundo de hoy.
Sin embargo, Kirkhope afirmó a partir de su investigación que el proceso para obtener la aprobación real (royal consent) para los proyectos legislativos “no es una mera formalidad” ni busca “movilizar a la población” sino sólo mejorar intereses personales.
“La correspondencia (entre los ministros y la Corona) indica que los efectos de las leyes son explicados a la Casa Real, incluido el Ducado de Cornualles, luego siguen las discusiones y si es necesario, se hacen cambios para la legislación propuesta”, indicó el académico.
“Los Ministerios de Estado habían luchado para evitar revelar la correspondencia que evidencia cómo funciona este proceso y la Oficina del Gabinete se resistió en principio a dar detalles de la guía que determina si el príncipe como Duque de Cornualles es consultado en primer lugar”, continuó el experto.
Kirkhope sostuvo que el proceso por el cual se crean las leyes en Gran Bretaña “debe ser transparente y aquellos a quienes se les da privilegios especiales deben hacerse responsables.
“Pero como se ha demostrado ese no ha sido el caso en relación con el Ducado de Cornualles”, señaló.
La Corona británica, que entre marzo de 2010 y el mismo mes de 2011 gastó 32.1 millones de libras (unos 51 millones de dólares) de las arcas públicas, tiene claros intereses a la hora de la creación de leyes.
Si Gran Bretaña se precia de ser una de las principales democracias más transparentes del mundo, deberá escuchar entonces el creciente número de críticos a los poderes de veto que tienen los miembros de alto rango de la Familia Real, mantenidos en secreto para evitar escándalos.
Queda por verse si la coalición de David Cameron, que no logró reformar la anticuada Cámara de los Lores, puede cercenar los antiguos poderes de una Monarquía de privilegios.
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¿Qué esconden las cartas de Carlos de Inglaterra?
El Príncipe de Gales, en una feria de flores. | GtresEl Príncipe de Gales, en una feria de flores. | Gtres
La BBC reconoce que envió cartas a su antiguo director comentando programas
El fiscal ha vetado la difusión de las que el Príncipe de Gales mandó a ministros
ELMUNDO.es |
Actualizado miércoles 17/10/2012 13:57 horas
El veto del gobierno británico a las cartas escritas por el Príncipe de Gales a siete ministros de Blair ha despertado grandes críticas en el Reino Unido. Mientras, la BBC se ha negado a desvelar el contenido de las cartas que Carlos de Inglaterra ha enviado a la cadena pública comentando sus programas.
El fiscal general de Inglaterra anunciaba este martes que había bloqueado la difusión de las 27 misivas, esgrimiendo que debían permanecer confidenciales porque formaba parte de "su preparación para reinar".
"Es un secreto a voces que el príncipe Carlos ha hecho lobby al gobierno", señalaba un portavoz de 'The Guardian', que ya ha manifestado su intención de apelar la decisión (el mes pasado, la petición de un periodista del diario fue autorizada por un tribunal). "El público tiene derecho a saber por qué hace presión y si influye en la política", denunciaba el diario.
Según el Daily Telegraph, la decisión sólo ha servido para reforzar la idea de que el príncipe busca influir en la política británica. Para los grupos antimonárquicos, con su decisión del martes el fiscal Dominic Grieve está "protegiendo" al príncipe y poniendo sus derechos por encima de los del público.
Grieve esgrimió que, de hacerse público el contenido de las misivas podía quedar dañado el principio de neutralidad que se presupone a todo monarca y perjudicarle en el ejercicio de sus funciones.
¿Lobby a la BBC?
Hasta ahora, se pensaba que los destinatarios de las misivas del heredero al trono británico eran únicamente políticos. Sin embargo, el Daily Telegrpah revela este miércoles que Carlos de Inglaterra escribió numerosas cartas al antiguo director de la cadena británica BBC, Mark Thompson, comentando la programación del canal público.
La cadena ha reconocido la existencia de las cartas en respuesta a la petición del diario británico, que ha apelado a la Ley de Libertad de Información, pero se ha negado a difundirlas porque "la reacción de la audiencia [en este caso, el príncipe], incluidas las quejas, críticas y discusiones, a la programación de la BBC" no está sujeta a esa ley.
Según el Telegraph, la cadena quiere "mantener un espacio seguro para los organismos públicos para debatir asuntos con la Casa Real fuera del escrutinio público".
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